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EL
PADRINO, EL PRINCIPE, LA MAGIA
Por Luis Alfredo Sánchez Crespo ( 1 )
El gran padrino recibió hace unas semanas el PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS DE LAS ARTES 2015 que España otorga anualmente a los mejores de la cultura universal. Esta vez en artes le
correspondió a quien es, quizás, al más grande de los directores de cine vivos,
el norteamericano de origen italiano,
Francis Ford Coppola.
Dos de sus obras,
el Padrino y El Padrino II hacen ya parte de la historia del cine, la primera es
uno de los filmes más reconocidos, elogiados y grandes de todos los tiempos,
mientras el segundo hace parte de la secuela más admirada de la cinematografía
norteamericana, única en ganar un Oskar. Por El Padrino recibió el premio de la Academia a mejor película y
mejor guión adaptado. La película misma obtuvo ocho Oskares de la Academia. El
premio de guion lo compartió con Mario Puzo, el escritor de esta novela sobre
la mafia siciliana de Nueva York. La obra de Puzo publicada por Putnam`s en
1969, de gran éxito editorial, se
refiere a una historia criminal que transcurre entre 1945 y 1955. El Padrino de manera recurrente es
elegida como una de las mejores
películas de la historia, para el Hollywood Report, el clásico magazin
cinematográfico, es la mejor de todas, según una encuesta hecha recientemente.
El cine, para quienes lo amamos, trabajamos,
gozamos y sufrimos y lo hicimos nuestra profesión es una caja de pandora, a
veces resultan películas malas, otras buenas y cada una de ellas es un descubrimiento. Algunos, como yo, lo aprendimos
a ver en las funciones matinales de los
teatros Rienzi, Palmeras y Materon de Palmira o en los dobles en Bogotá cuando
nos escapábamos del colegio para ir a ver películas francesas o italianas para
mayores a los cine Coliseo, Lux y Faenza - por supuesto a escondidas de
nuestros padres. Cada película era un mundo maravilloso. Primero lo fue para el niño que iba los domingos a los
matinales a las 11 de la mañana en Palmira a ver a Tarzán, después para el jovencito de
12 años que en Bogotá se regocijaba viendo de contrabando películas de algunas
de las divas italianas de la época, Silvana Pampanini, Silvana Mangano,
Eleonora Rossi Drago. Y luego el adolescente que admiraba a Jeames Dean en su
magistral actuación en Al Este del Paraíso, la novela de Steinbeck llevada al
cine por Elia Kazan en 1955.
Cuando me volví un amante obsesivo del cine
aparecieron los filtros en la memoria y esta se decantó en sus recuerdos, algunas de esas películas de culto que vi de
adulto llegaron para quedarse a lo largo
de mi vida: El Acorazado Potiemkin
(1925) de Serguei Eissestein; El ciudadano Kane (1941) de Orson Wells ; La
Diligencia de Jhon Ford (1939) ; La Dulce Vida de Fellini (1960); Casablanca de
Michel Curtiz (1942) y por supuesto El Padrino
de Coppola (1974). Recuerdo que cuando la vimos por vez primera en un cine de
Bogotá con mi esposa la rusa Natasha,
cineasta como yo, me dijo “está tan bien
hecha que en ella hasta los gánsteres
son de buen gusto, los mafiosos parecen
burgueses”.
Su autor, Coppola, nacido en Detroit en 1939
proviene de una familia de artistas e intelectuales, su padre Carmine Coppola,
compositor y director de orquesta, su madre la actriz italiana Pennino Copola. A
los nueve años cayó gravemente enfermo de una poliomelitis, estuvo postrado más
de un año. A esa edad su distracción eran las marionetas y las películas
familiares en super 8. Ingresó a los 18 años a la Universidad Hofsra donde
estudió Artes Teatrales y llamó la atención por un montaje teatral de “Un
tranvía llamado deseo”, de Tenesse Williams. Luego se tituló en Artes Teatrales
en la UCLA, la afamada Universidad de California en Los Ángeles. En los
comienzos de los años sesenta, a los 21 años comenzó a hacer cine , fueron “nudies”
, películas eróticas de bajo presupuesto. Realmente su primera película fue Dementia 13, en 1963, un largometraje de
terror de bajo presupuesto. Luego trabajó en el montaje de algunas películas de
Roger Corman quien por un tiempo lo protegió hasta que rompieron su relación. Hizo
otras películas, inclusive una con el veterano Fred Astaire a quien Balanchin y
Nuriev consideraban el mejor bailarín de la época dorada de la comedia musical
norteamericana. La película está hoy
completamente olvidada. Después de otros films de su creación ya olvidados,
funda su propia compañía productora en sociedad con George Lucas.
La década de los sesenta fue definitiva en la vida
y actitud de Coppola frente al cine. Lo contrario de la acaramelada época de
los cincuenta con películas en tecnicolor, grandes producciones de los estudios
con historias donde la belleza, las divas, el final feliz, la culminación del
sueño americano dominaban las producciones de Hollywood, esta fue la de la contracultura, la de conflictos sociales, lucha por la defensa de los derechos civiles
de los negros, las drogas, el LSD, las manifestaciones con la guerra de Vietnam,
los hippies, el rock. No se puede entender a Coppola y su cine tanto en su
temática como en su forma al margen de esa década. No obstante eran unos años en que aún se prohibía publicar en Estados
Unidos la obra de Henry Miller, Sexus, y se castigaba con la cárcel a quien
llevara una camiseta con la palabra fuck. En la película de Coppola Apocalipsis Now, inspirada en la obra de Josep Conrad, “El corazón
de las tinieblas”, cuando el coronel Kurtz grita “entrenamos jóvenes para lanzar fuego sobre la gente, pero sus mandos
no les permiten escribir fuck en sus aviones porque es obsceno” se está
lanzando una demoledora diatriba contra la guerra.
Pero regresemos ahora a los comienzos de la década
de los setenta cuando Coppola aún no era famoso. La fama le llega en 1971, gana
un Oskar a mejor guión original con la
película Patton sobre el legendario general americano de la Segunda Guerra
Mundial dirigida por Franklin Schffner. Luego aparece el proyecto que cambiaría
su vida, El padrino, rodada en solo
52 infernales días. Él mismo, al principio, consideraba la película un
“encargo” y solo por estar necesitado de
trabajo aceptó a regañadientes convertir una novela sobre la mafia, considerada
“popular y obscena”, en una película lo suficientemente “popular y obscena”
para lograr un éxito en taquilla. Coppola escribió la adaptación de la novela
en compañía de su autor Mario Puzzo. Poco a poco se fue apasionando por el tema
y dotando a la historia de su experiencia italiana hasta dar a la película esa realidad del mundo mafioso en un estilo
clásico que sigue décadas después apasionando a los espectadores.
Coppola escogió trabajar con el monstruo de Marlon
Brando contra el querer del estudio que ya lo consideraba un actor acabado.
Cuando los productores vieron la
película les pareció larga, lenta, los tonos de la fotografía de Gordon Willis demasiados
oscuros. Esto no será del gusto del
público, decían. Además Coppola y Willis se pelearon e insultaron en el set. Talia
Shire, actriz y hermana de Coppola, cuando contempló las primeras escenas dijo
que ese color oscuro parecía mierda, todo ello en contraste con la fotografía a
color luminosa de del cine de los años cincuenta. De Marlon Brando, decían, no
se le entendía cuando hablaba con acento italiano. De Al Pacino que era un
enano y no atraía a nadie, el contrario de lo que debía ser un actor de
Hollywood. El estudio criticó hasta última hora al director, los actores, el
rodaje, la fotografía y Coppola debió luchar para que respetaran su dirección.
Para desconcierto de muchos la película ganó los más importantes premios Oskar y medio año después de su
estreno era la más taquillera de la historia. Superó el record de “Lo que el
viento se llevó”, primera en taquilla desde hacía 33 años. La actuación de
Brando como Don Vito Corleone se convirtió en un paradigma del mafioso por
excelencia.
Ahora multimillonario, famoso, creativo en todo,
Coppola se dio el lujo de ganar el mismo año 1974 ocho premios Oskar por el Padrino II , donde llevó a algunos actores de su primera película
sobre la mafia, Jhon Cazale, Robert Duval, Talia Shire, Diane Keaton. Y como si
fuera poco su críptico film La Conversación, con Gene Hackman ganó la Palma de Oro en
Cannes. Una obsesión rondaba a Coppola, hacer una película sobre el mito de
Drácula. Lo logró y se convirtió en uno
de sus mayores éxitos económicos, lo que le permitió comprar los extensos
viñedos que ahora posee y a los que dedica buena parte de su tiempo. Otra
obsesión fue una película que nunca pudo realizar su ídolo y mito Orson
Wells: El Corazón de las Tinieblas
del novelista clásico Josep Conrad. Y la hizo entre 1976 y 1979. Fue un rodaje
accidentado, complicado, Marlon Brando a quien Coppola llevó de nuevo a su set hacía
exigencias en dinero y caprichos imposibles. Rodar en plena selva acarreaba
dificultades enormes, un huracán destruyó parte del decorado, el gobierno de
Filipinas, en plena guerra de Vietnam retiró varias veces los helicópteros que
se utilizaban en el rodaje. Se exhibió con el nombre de Apocalipsis Now. Aún sin terminar ganó la Palma de Oro en el
festival de Cannes. La fotografía de Vittorio Storaro se considera una obra
maestra. En una muy comentada rueda de prensa en el festival, Coppola dijo “Mi película no trata de Vietnam. Mi
película es Vietnam”.
Recuerdo haber visto la película en los setenta en un
cine de Nueva York, el público que abarrotaba las salas aplaudía cuando los helicópteros
disparaban y bombardeaban a los vietnamitas.
Después, ya en la década de los ochenta y hasta hoy
Coppola ha realizado más de veinte películas. Ha producido otras, entre ellas
un clásico como Kaguemusha, dirigida por el gran director japonés Akira Kurosawa,
hizo la adaptación para cine de “El Gran
Gatsby”, la novela de los años veinte de Scott Fitzgerald. También le produjo películas
a su amigo George Lukas. Coppola desde El
Padrino, se ha arruinado y enriquecido varias veces con el cine ya que
algunas de sus películas han sido fracasos tremendos. No obstante sigue
perseverando y haciendo películas. También es un próspero hombre de negocios,
produce además de vinos, una línea de pastas y salsas, posee hoteles en
Guatemala, Belice y Buenos Aires y edita una revista literaria desde 1997.
El hombre a quien se le otorgo hace
unas semanas el Premio Príncesa de Asturias en España, no obstante
haber ganado lo más importantes galardones en la cinematografía es una persona accesible,
amable, cordial, amigo de sus amigos y del buen vino. Tuve oportunidad de verlo
en el Festival de Cine de Moscú, en 1983, cuando presentó su película The Outsiders.
Su familia toda está en el cine. Sofía Coppola, su hija, ha realizado varios
films exitosos ya ganó un Oskar. Su hermana Talia Shire es actriz de la serie
sobre Rocky el boxeador. Es tío de Kim Coppola conocido como Nicolás Cage, y abuelo de la directora Gia Coppola. Otro
hijo de la hermana de Coppola, Jason Schwartzman es actor en el cine independiente.
O sea que habrá Coppola para largo. Mientras tanto la magia de El Padrino nos sigue deleitando. Cada vez que aparece en televisión es difícil
cambiar de canal. Cuando vemos a Brando como Don Corleone y a su familia mafiosa
en la pantalla la magia nos envuelve de nuevo. ¿Y como no sobrecogerse cuando el joven Michael Corleone ejecuta en un
pequeño restaurante italiano al gánster Solloso y a su guardaespaldas el
corrupto capitán de policía, McCluskey *?
* VIDEO_ https://youtu.be/ppjyB2MpxBU
Declaración de Francis Ford Coppola tras la
concesión del Premio Princesa de Asturias de las Artes 2015
«Es un honor ser reconocido con el Premio Princesa
de Asturias de la Artes. Lo acepto con gratitud, al tiempo que me doy cuenta de
que, casualmente, estaba en mitad de la lectura de Don Quijote de la Mancha;
así que, en palabras de Cervantes, “la ventura va guiando nuestras cosas mejor
de lo que acertáramos a desear”. Gracias».
Francis Ford Coppola
San Francisco, 6 de mayo de 2015
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